Comentario
Los instrumentos del poder elaborados por la realeza macedónica a lo largo de los tiempos son heredados por Alejandro. Entre esos instrumentos se hallan elementos primitivos y elementos más elaborados, desde el concepto de la realeza conseguida por la competición y la lucha con otros pretendientes, para demostrar el carácter carismático del triunfador, hasta la incorporación de la basileia como herencia de las tradiciones griegas, incluidas las referencias a los héroes que se vinculaban a la época micénica y la tradición de la guerra de Troya. De este modo, Alejandro se vincula a la divinidad a través de Heracles como heredero de los reyes de Argos y a Dioniso como heredero de Aquiles.
Sin embargo, con la conquista, estos aspectos van acentuándose y adquiriendo nuevas formas. El paso fundamental fue dado en el santuario de Zeus Amón en el desierto de Libia. La paulatina incorporación de los rasgos de la realeza oriental va dando a Alejandro elementos nuevos de poder que se traducen, en lo formal, en la proskynesis, a través de la adhesión de las poblaciones sometidas. Sin embargo, tanto en las ciudades griegas como en la comitiva que lo acompañaba surgen movimientos de oposición que se traducen en la recuperación del concepto aristotélico de la realeza, propiamente helénica, sólo entendida como pacto en que el Rey concede tierras y proporciona la victoria. Los conflictos serán el preámbulo de toda una tradición que se prolongará a lo largo de toda la historia del mundo helenísticorromano, entre el Rey heredero de la antigua basileia aristocrática y la realeza despótica orientalizante que puede identificarse, en lo griego, con la tiranía. Ahora se nota que todavía pervive la visión clásica de la aristocracia moderada, tendente a rechazar los excesos del poder personal.